Vincula Murakami arte y consumo

AutorSergio R. Blanco

El mundo de mercancías y símbolos de la sociedad de consumo nutre las piezas del japonés Takashi Murakami (Tokio, 1962), al tiempo que su obra forma ya parte del negocio del lujo.

Pero la originalidad de este vínculo entre arte, consumo y moda -que ha hecho que los críticos califiquen a Murakami como el Andy Warhol de Japón- se enfatiza porque sus piezas son inconfundiblemente niponas.

Sus creaciones funden la pintura japonesa tradicional y el mundo fantástico y multicolor del manga (cómic) y las caricaturas (anime), con la estética del arte pop estadounidense.

Con su obra, los iconos japoneses aterrizan y se instalan en el mercado de consumo occidental.

"Después de la Segunda Guerra Mundial, los artistas de Japón imitaron las creaciones de la cultura occidental. Pero eso no era arte verdadero, creo yo.

"Ahora el arte es algo real en Japón, porque la cultura de consumo ha llegado a un punto en que retoma un montón de ideas originales, como la tradición del cómic", explica Murakami en entrevista.

El artista visual ha creado desde obras pictóricas en acrílico sobre tela basadas en la bidimensionalidad del anime, hasta instalaciones de globos gigantes, piezas minimalistas y esculturas de fibra de vidrio que llevan el manga erótico a la tercera dimensión.

Además, ha creado diseños para los accesorios producidos por Louis Vuitton y para el diseñador japonés Issey Miyake.

En su obra, caracterizada por imágenes estridentes y abigarradas, están latentes las preocupaciones de la sociedad japonesa, que se occidentalizó y se dejó llevar por el consumismo.

"Este arte (de consumo) existe y se da en Japón porque actualmente hay una atmósfera de paz. Es por eso que la gente se divierte con el entretenimiento y no gasta su dinero en la guerra".

Murakami visita por primera vez la Ciudad de México con motivo de la feria México Arte Contemporáneo (Maco), que recorrió ayer para conocer las propuestas estéticas que presentan las galerías mexicanas.

El artista explicó que su famosa escultura de siete metros Tongari-kun, que se presentó en 2004 en el Rockefeller Center Plaza de Nueva York, está inspirada en las piezas de arte prehispánico mexicano que vio en la exposición Aztecas en Londres.

De este viaje de dos días, el artista recordará con humor una escena que llamó su atención la tarde del miércoles.

Ante sus ojos desfilaron los traseros de decenas de integrantes del Movimiento de los 400 Pueblos, tostándose al sol en el césped que flanquea el Monumento a...

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