El vino de los dioses

AutorMáximo Kuri

Fotos: Máximo Kuri

REFORMA/ Especial

ZAHLE, Líbano.- La vendimia revive, poco a poco, en el mismo valle donde yace sepultado Noé, quien, según el libro del Génesis, fue el primer hombre que hizo y bebió vino en la Tierra.

Tras varias décadas de guerras y abandono, las viñas del Valle del Bekaa, Líbano, producen otra vez vinos que se exportan, como en tiempos de los fenicios, a casi todos los rincones del mundo.

Pese a sus 4 mil años de historia vinícola, a Líbano no se le conoce como productor importante del caldo preferido de Baco. Sin embargo, los vinos de este pequeño país levantino han ganado cientos de premios internacionales.

Para convencerse, basta beber una copa de Chateau Musar, el tinto más famoso del país, disponible en Estados Unidos y Canadá a un precio de casi 40 dólares por botella.

Su complejo sabor tánico, rico y pesado, ofrece una fragancia que sólo uvas que han madurado bajo 2 mil 600 horas de sol le pueden dar.

La casa Musar está ubicada en Ghazír, un pueblo en las montañas que dominan Beirut, pero usa las uvas que crecen en sus terrenos del Bekaa.

En este valle, donde en tiempos de la guerra civil libanesa (1975-1991) el principal cultivo era el hashísh, existen vestigios de viñedos antiquísimos. La casa Nakad, por ejemplo, establecida en 1921 por los franceses para suministrar de vino a sus tropas cuando Líbano era un protectorado de París, está construida sobre un viñedo de la Edad de Bronce.

Así, el Bekaa no era solo el granero de la Roma imperial, sino también su principal bodega.

Aquí, junto a las uvas, crecen tanto el trigo como los cipreses entre pintorescas construcciones de piedra calcárea con tejados rojos como la tierra del lugar. Al Oeste, la cordillera del Monte Líbano, con sus picos nevados, los protege.

En medio de este escenario, en la parte Norte del alto valle -con una altitud promedio de mil metros sobre el nivel del mar- surge de pronto Baalbeck, un templo erigido en honor a Júpiter, Venus y Baco hace casi 2 mil años. Las uvas del lugar alimentaban las legendarias bacanales que solían efectuarse en la localidad.

No en vano son estas las tierras de Adonis, donde se ha venerado siempre al amor y al vino.

Rutas del vino

Baalbeck, cuyas 6 columnas aún en pie son las más grandes que se conocen del mundo antiguo, es un complejo mayor que el Partenón y distingue al Bekaa y su ruta del vino -donde es fácil perderse en el tiempo- de todos los demás valles vinícolas del planeta.

La operación más vieja todavía...

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