Con vino en la sangre

AutorAnaline Cedillo

ENVIADA

MENDOZA, Argentina.- Este destino colma de placeres a los viajeros que llegan a recorrerlo con los sentidos a flor de piel.

A través de la vista se colecciona el tono rubí de una copa de Malbec, el anaranjado incandescente del atardecer y, por supuesto, el blanco del Cordón del Plata, ese conjunto montañoso que custodia cualquier ruta enoturística por esta latitud.

Mientras el oído disfruta con la melodía que crea el viento que acaricia las parras o el choque de las copas al brindar, aguzar el olfato ayuda a la memoria a reconocer en cada cata las notas de ciruela, café, chocolate, canela o almendras tostadas.

El tacto da pista de la temperatura ideal para paladear los vinos y dejar que el gusto se recree en los sabores que regala este terruño.

···

Apenas se pone un pie fuera del aeropuerto internacional de Mendoza -la capital de la provincia homónima, situada a una hora y media de vuelo al oeste de Buenos Aires-, vides sembradas en el exterior dan la bienvenida a los visitantes y dejan en claro que aquí la vida gira alrededor de las uvas.

La producción vinícola y el enoturismo son de las principales actividades económicas de la zona.

Distribuidas en regiones vitivinícolas -entre ellas el Valle de Uco-, Mendoza presume alrededor de mil bodegas que en conjunto producen aproximadamente el 70 por ciento del vino argentino. De estas bodegas, unas 120 están abiertas al turismo. Y no sólo eso, la vid tiene echadas fuertes raíces en cada lugareño.

"Para conocer Mendoza, la experiencia más auténtica es, sin lugar a dudas, visitar bodegas y viñedos porque son parte de nuestra idiosincrasia, de nuestra cultura, de nuestra actividad industrial y agropecuaria.

"Absolutamente todos los mendocinos tenemos algún familiar que ha trabajado en bodega o viñedo. Muchas de nuestras historias familiares se remontan a un viñedo familiar", relata María Marta Guisassola, gerente de mercadotecnia y comunicación de The Vines of Mendoza.

···

En Mendoza pueden haber tantas rutas del vino como entusiastas del enoturismo.

Así, el viaje conduce no sólo a enormes proyectos con lo último en tecnología, sino también a experiencias boutique, como la que propone Casa El Enemigo, la vinícola donde se producen tintos y blancos con uvas Malbec -la uva insignia de la región-, Cabernet Franc, Bonarda y Chardonnay, entre otras, bajo la visión del ingeniero agrónomo y enólogo Alejandro Vigil y la historiadora Adrianna Catena.

Ubicado a media hora del centro de la ciudad, en la localidad de Maipú, se trata de un espacio con una atmósfera hogareña donde no es raro encontrar a Alejandro y su esposa...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR