Vinos / En Campo de Borja

AutorRodolfo Gerschman

Campo de Borja, España.- Lo primero que se alcanza a ver llegando a esta comarca de Aragón son molinos de viento de un modelito lejano en tiempo y forma al del Quijote. Aquí este ejército de aspas estilizadas, plantado en la montaña, es la avanzada de la energía eólica con la que España pretende reemplazar parte de su consumo de hidrocarburos. La zona se ha hecho conocer internacionalmente por estos molinos, pero los vinos comienzan a disputarles fama. Sobre la base, además, de la cepa Garnacha, lo cual implica una tarea quijotesca: ganarle a la reputación de cepa menor que arrastró durante muchas décadas.

Como en otras zonas de España, también aquí fueron introducidas uvas probadas internacionalmente: Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Chardonnay. Y también hay otras tintas tradicionales de España como Tempranillo y Mazuelo. Pero, dice José Miguel Sanmartín, gerente de Borsao, una cooperativa que agrupa a la mayor parte de las tierras vinícolas de la región y director a la vez de Altos de Moncayo, bodega pequeña dedicada sólo a vinos de alta calidad, "damos prioridad a la Garnacha porque representa lo más auténtico de la región".

Sobre esta cepa se han tejido diferentes leyendas, la mayor parte de ellas poco favorables. Hasta hace unos 15 años se le conocía sobre todo como uva para engrosar, desde la Rioja Baja, los vinos de la Alta y Alavesa. Su aporte más buscado era el grado alcohólico, pero al mismo tiempo se le adjudicaba la propensión a oxidarse rápidamente; se le reconocía méritos y, al mismo tiempo, posibles perjuicios si su participación en el caldo final era alta.

El primero en reivindicarla fue Álvaro Palacios, cuyos vinos del Priorato, a la inversa de La Rioja, son más finos y costosos cuanto más alto es el porcentaje de Garnacha. Lo logró, básicamente, utilizando cepas viejas y, en consecuencia, de muy bajo rendimiento, pero al mismo tiempo con una concentración y complejidad pocos comunes. A contramano de lo que se consideraba en aquel momento, su capacidad de envejecimiento se ha demostrado, hasta ahora, considerable. Y nadie hubiera pensado hace pocos años que un vino de esa uva como l'Ermita llegaría a costar cientos de euros.

Estos vinos de Campo de...

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