Vinos / En los dos mundos

AutorRodolfo Gerschman

Después que en mi columna anterior mostrara total inconsistencia pasando sin transición del Viejo al Nuevo Mundo, de los argentinos a un francés del Ródano, regreso al nuevo mundo para tratar de explicar por qué los vinos que llegan desde allí encuentran tan rápida aceptación entre nuestros consumidores.

Las importaciones de Argentina y Australia crecen a tasas de entre 30 y 40 por ciento; los chilenos a alrededor de 25 por ciento. La explicación de por qué los españoles (que progresan pero más despacio) o los franceses (que están estancados) no tienen el mismo éxito fulgurante, está en la edad de los nuevos consumidores que se acercan al vino.

Descubro en ellos que su afición se está dando con igual esmero por la diversidad y el exotismo. Esa franja, que yo situaría entre los 26 y los 40 años, quiere incursionar en sabores diferentes, descubrir la gama de sabores que ofrecen los diferentes vinos y al mismo tiempo son atraídos por regiones productoras que no responden a tradiciones tan antiguas.

El factor "exotismo" agrega una pizca de diversión. Está como ejemplo la imagen que han explotado los vinos Yellow Tail, en cuyas etiquetas ya no hay un racimo de uvas, una copa o un château, sino un canguro. O los símbolos argentinos en los de ese país: el bandoneón, el tango o la figura del malevo de los años 30, cuya exaltación alguna vez hiciera Jorge Luis Borges (para no hablar de las botellas mucho más chafosas del vino Maradona).

Y también hay una parte que tiene que ver con el gusto. Muchos vinos Viejo Mundo necesitan tiempo para mostrar sus encantos, mientras que los del Nuevo Mundo son menos pudorosos. Esto es porque las condiciones de maduración de estos últimos suelen ser mejores, lo cual les permite exhibir tempranamente sus cualidades sin el estorbo de taninos ásperos o del exceso de acidez.

Su expresión frutal es más aguda y llega fácilmente al gusto de paladares poco entrenados. Su grado alcohólico alto acentúa las sensaciones dulces en el paladar. Y el uso de barricas nuevas o seminuevas permite ensamblar bien esas sensaciones con las notas avainilladas que genera la madera. En síntesis: suelen ser vinos más fáciles, que no exigen un esfuerzo especial de comprensión. Para algunos es un punto en contra, para mí lo es a favor porque...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR