Vinos / El pionero

AutorRodolfo Gerschman

Había previsto otro tema para esta semana, pero irrumpió en el calendario la muerte, a los 86 años, de Enrique Forner. A la mayoría su nombre no les dirá mucho, al contrario de lo que sucede con el de Marqués de Cáceres, la bodega que él fundó y que con el tiempo se convirtió en casi un sinónimo de vino riojano. Que su nombre sea menos conocido tiene que ver con eso de adosarle a los vinos títulos nobiliarios, algo muy en boga en la época en que Forner creó los suyos.

En verdad, la historia de Marqués de Cáceres está llena de paradojas, en gran parte derivada de ese nombre. Por ejemplo, es frecuente que la gente piense que se trata de uno de los vinos más tradicionales de Rioja, y no es cierto. Y no lo es desde varios puntos de vista. Por lo pronto, está el acta de nacimiento: la bodega fue creada a fines de la década de 1960, de modo que cumple apenas 50 años.

Además Forner, contrariamente a lo que cualquiera podría pensar, no es el Marqués de Cáceres. El título le fue prestado por un amigo, Vicente Noguera y Espinosa de los Monteras, el verdadero Marqués, a cambio de que Forner haga anualmente una donación a una obra de caridad. ¿Puede haber algo más noble?

Pero esta parte es, tal vez, la más superficial de la historia, la que va con la mercadotecnia. La otra parte paradójica, en la cual la actuación de Forner tiene poco que ver con lo tradicional, es todo el resto. Marqués de Cáceres, más allá de lo que se podría pensar, ha sido una bodega innovadora en Rioja, tal vez la más adelantada a su época.

Tampoco los Forner fueron franquistas o realistas, a pesar de optar por un título nobiliario para su vino. Más bien militaron del lado republicano durante la guerra civil española, de manera que cuando ésta concluyó debieron exiliarse en Francia. Fue allí, en Burdeos, donde Enrique aprendió de vinos, de la mano de Emile Peynaud, el fundador junto con Pascal Ribereau-gayon de la enología moderna.

Esa formación sentó las bases para que una vez en España, a donde regresó en 1960, haya adquirido la dimensión de un reformador. Por lo pronto, fue el primero en fermentar en tanques de acero inoxidable, mucho antes que cualquiera, cuando en ese momento lo usual en Rioja eran los grandes fudres de madera o depósitos de cemento. También desterró de su bodega la costumbre de guardar los...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR