Vinos / Tsunami vínico

AutorRodolfo Gerschman

¿Y ahora cómo le vamos a hacer para sobrevivir al tsunami de los vinos? La pregunta, cargada de tintes irónicos y de reproche -como si yo fuera responsable- me fue formulada por una amiga la semana pasada. No te preocupes, no hay ninguna amenaza grave detrás de esa gran ola, salvo para aquellos a quienes lo único que interesa es bebérsela entera por lo del grado alcohólico.

Hay riesgos, claro está, para quienes irrumpen en el negocio convencidos de que tocan las costas de El Dorado gracias a la nueva afición por el vino que se está despertando entre los mexicanos. Y, sobre todo, está el riesgo que planea sobre los consumidores: equivocarse en su elección y malgastar su dinero.

No pretendo platicarles sobre los riesgos del negocio. De hecho cada año truenan importadores y surgen otros nuevos y muchas cajas de vino se rematan después que quedó demostrado el sinsentido de un mal cálculo económico. Pero creo que, antes que nada, son los consumidores los que deben preocuparnos a quienes estamos en el periodismo gastronómico.

A menudo se nos considera como una raza aparte respecto al resto de los colegas. Pero de la misma manera que quienes escriben sobre política o economía se deben a sus lectores, quienes escriben sobre vino y cocina también se deben a ellos -es decir al consumidor- y no, por supuesto, a quienes producen, importan o venden a través de tiendas, restaurantes o supermercados.

Éste es el gran éxito del escritor estadounidense de vinos Robert Parker. Se puede dudar de sus gustos pero no de su independencia. Y eso le ha dado un peso enorme en la decisión final de millones de consumidores.

No me queda claro por qué es moralmente condenable en un periodista político que se venda y no en un periodista de vinos. En ambos casos, aunque en diferentes dimensiones, hay un daño potencial para el lector.

La confusión entre imagen y realidad vuelve al tema decisivo. La contaminación de mercadotecnia en los vinos es tan potente como en ropa, autos o relojes; al mismo nivel, entonces, que cualquier otro artículo de consumo. Sin embargo puede haber un aspecto particularmente engañoso cuando se disfraza su aspecto comercial (algo similar sucede con la cocina cuando se le llama "arte").

El vino es un negocio muy rentable, a condición de tener...

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