Visión 2020: Las nuevas caras del dinero

AutorAlonso García Tamés

Director General de Banca del Banco de México

El avance tecnológico, la globalización de la producción y el consumo, así como el extraordinario incremento de los intercambios comerciales han influido todos los aspectos de la economía, entre ellos sobre los medios de pago. Actualmente, asistimos a un proceso de evolución acelerada de dichos medios y, a la vuelta de la esquina, nos encontramos con la posibilidad de liquidar cualquier transacción mediante procedimientos cada vez más eficientes y seguros, inimaginables hace tan sólo unos años. La perspectiva es muy amplia y verdaderamente apasionante.

Nadie ignora que el uso de la moneda se remonta hasta los orígenes de la civilización y es indisoluble del surgimiento de la división del trabajo, pues con la especialización emerge la necesidad del comercio y, con ella, la de contar con medios de cambio.

La historia de la moneda se clasifica en tres etapas: la de la moneda metálica, con valor intrínseco pleno; la de los signos de valor intrínseco parcial; y, por último, la del papel moneda de curso legal, sin valor intrínseco alguno. Con la consolidación del papel moneda moderno surgen, en las últimas décadas, otros medios de pago más eficientes para determinados propósitos, como el cheque, la tarjeta de crédito o las transferencias electrónicas de fondos.

Resulta difícil definir en qué consiste la eficiencia de un medio de pago, pues se trata de un concepto que tiene muchas facetas, como son funcionalidad, rapidez de operación, seguridad y costo. Estos factores son los que han impulsado la aparición incesante de nuevos medios de pago.

Igualmente, se busca abatir los costos de la utilización de los medios de pago. Por ejemplo, se sabe que no sólo la fabricación de billetes es costosa, su manejo también es "caro", pues requiere destinar recursos a su distribución, protección, recolección y, finalmente, destrucción.

En el umbral del Siglo 21, la revolución tecnológica nos ofrece nuevas alternativas en lo que a sistemas de pago se refiere. La creación de procesadores más veloces, el aumento de la capacidad de almacenamiento de datos en dispositivos cada vez más pequeños y el desarrollo de redes que permiten un intercambio de información más rápido y confiable propician, por un lado, nuevas formas de intercambio de bienes y servicios y, por el otro, medios de pago más eficientes.

Así, podemos esperar que en los próximos años se utilicen cada vez con mayor intensidad medios de pago basados en estas...

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