VISIÓN ECONÓMICA / El regreso del proteccionismo

AutorSalvador Kalifa

El Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propone medidas proteccionistas para supuestamente salvaguardar empleos y elevar el bienestar económico de su país. Estas ideas, que muchas veces también han esgrimido los políticos y empresarios latinoamericanos, son siempre contraproducentes.

Los argumentos de DT equiparan, equivocadamente, el bienestar de la población con el proteccionismo comercial y la conservación de los mismos empleos, independientemente de que no sean los más productivos. Estas políticas se traducen, invariablemente, en mayores precios y un menor poder de compra de millones de consumidores.

Por más de dos siglos los economistas han resaltado los beneficios del libre comercio, así como los costos de las restricciones comerciales para los consumidores. No obstante, en todo lugar y todas las épocas surgen líderes populistas que, por desconocimiento o conveniencia, protegen los intereses de unos cuantos desplazados por el comercio libre, en detrimento del bienestar de la gran mayoría de la población. No está de más, por tanto, volver a plantear las ventajas de la liberalización comercial frente al proteccionismo, no sólo para EU y México, sino para cualquier parte del mundo.

El argumento tradicional a favor del libre comercio se basa en las ganancias derivadas de la especialización y el intercambio. Estas ganancias son muy fáciles de entender al nivel del individuo. Por ejemplo, las personas no producimos siquiera una fracción de los bienes que consumimos. En su lugar, ganamos un ingreso especializándonos en ciertas actividades y lo usamos para comprar bienes y servicios que producen otras personas.

En esencia, "exportamos" los bienes y servicios que producimos con nuestro trabajo e "importamos" los que otros producen y deseamos consumir. Esta división del trabajo permite que incrementemos nuestro consumo más allá de lo que sería posible si tratáramos de producir todo nosotros. La especialización nos permite disfrutar de un mayor nivel de vida y nos da acceso a una variedad enorme de productos.

La división del trabajo existe también dentro de un país. Los habitantes de Nuevo León, por ejemplo, se especializan en la actividad industrial y "exportan" a otros estados sus productos, mientras que "importan" aquellos para los que no tienen una ventaja comparativa. Destacan entre estos prácticamente todos los productos agrícolas. Nadie, en su sano juicio, propone que este estado busque la "autosuficiencia" alimentaria, destinando...

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