Visión Mundial / ¿De las palabras a los hechos?

AutorGabriel Guerra Castellanos

Reyes, Presidentes, dictadores, Primeros Ministros, todos se dieron cita en una urbe de hierro que por momentos habrá deseado no ser más la capital del mundo. El congestionamiento vial y el caos cotidiano provocados por la Cumbre pusieron a los neoyorquinos ante una de esas pruebas de fuego para la civilidad y las buenas maneras. Tal vez el encabezado apropiado después de la Cumbre debió decir: Nueva York sobrevive, y los ilustres visitantes también.

La lista de asistentes a la reunión del milenio es verdaderamente impresionante. Muy pocos los ausentes, algunos por obvias razones, como el prófugo de la justicia internacional Slobodan Milosevic, de Yugoslavia, y otros por causas verdaderamente dignas de una comedia de equivocaciones: la ansiosamente esperada delegación de Corea del Norte, de quienes se preveía tendrían reuniones con sus contrapartes del Sur para avanzar en el proceso de reconciliación nacional, optaron por cancelar su participación. La razón, que para algunos resulta baladí, pero que a mí me parece perfectamente justificada: una revisión en exceso estricta por parte del personal de tierra de una aerolínea estadounidense. No tiene por qué un Jefe de Estado o Gobierno someterse a revisiones de ese tipo. Lo grave, al final del día, no es la descortesía o la falta de respeto, sino que haya impedido la participación de un país que a duras penas se va integrando a la comunidad internacional.

Volviendo a los participantes, desde Arafat hasta Zedillo, pasando por Castro, Clinton y Putin. Una reunión de chile, de dulce y de manteca, en la que cada quien tenía, y seguramente aún tiene, una idea propia acerca de lo que debe ser y hacer la ONU en este incipiente milenio. Para algunos, Naciones Unidas debe ser Policía mundial, vigilar el orbe y buscar violaciones a los derechos humanos o la democracia y cuidar el medio ambiente. Otros preferirían una ONU mucho más pragmática, pero igualmente policial: para evitar esos abusos, pero sólo en aquellos casos que pongan en riesgo la estabilidad mundial o los intereses de las potencias o en que la presión de la opinión pública primermundista sea muy grande. Mano dura y ojo avizor en Kosovo o en Iraq, pero menor cuidado y atención a las Ruandas y Somalias del mundo.

Para muchos, sin duda la mayoría en esta Cumbre, la ONU debería ser garante de los derechos de los pobres y los desposeídos. No más hambre, no más pobreza, no más discriminación, esas son para ellos tareas y prioridades máximas de la...

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