Vive mexicana pesadilla

AutorAlejandro Pairone

REFORMA/Enviado

LA PAZ.- "No veo la hora de llegar a casa. Mañana a las seis voy a pisar suelo mexicano y me sentiré muy feliz". Ahora que lo peor de la crisis boliviana pasó, Elisabetta Di Castro está relajada y sólo piensa en el regreso, y a convertir en recuerdos los momentos difíciles que vivió en este país donde debió permanecer una semana obligada por las convulsiones sociales.

Ahora está calma y disfruta de sus últimas horas en Bolivia, mientras comparte con REFORMA las experiencias que vivió en los últimos días, con balazos incluidos.

Di Castro es coordinadora del programa de Maestría y Doctorado en Filosofía de la UNAM, y llegó a Bolivia para dictar un curso de una semana merced a un intercambio con la Universidad de San Andrés. Terminado el curso, regresar ya era imposible.

"Me pasé una semana atrincherada en el hotel mirando lo que pasaba por televisión. Salí muy poco y apenas a comer con algunos amigos porque me daba un poco de miedo la represión que había en las calles".

Debía retornar a México el domingo 12, cuando la ciudad de La Paz ya era un incendio y todos los caminos hacia el aeropuerto estaban bloqueados por barricadas en barrios donde los enfrentamientos con el Ejército ya eran cotidianos.

"El domingo decidí intentar llegar al aeropuerto. No pudimos hacer ni la mitad del camino porque estaba bloqueado con barricadas. Al principio podíamos esquivarla con la camioneta del hotel, pero luego ya era imposible". El camino que Elisasbetta debía transitar es la autopista que une La Paz con el Aeropuerto local. El camino pasa por la ciudad de El Alto, escenario de las violentas represiones militares y donde se encontraban los manifestantes más duros, que hasta bloquearon el camino volcando vagones de tren desde un puente.

"Decidimos volver porque se escuchaban...

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