Viven tragedia... y milagros

AutorDaniel Pérez, Iván Sosa, Liliana del Olmo, Daniel Melchor, Benito Jiménez y Augusto Atempa, Gerardo Olvera, Natalia Vitela , Paloma Villanueva, Alfredo Páez y Dalila Sarabia

'Todos salimos como pudimos'

Daniel Pérez, Iván Sosa, Liliana del Olmo y Daniel Melchor

"¡No se puede! ¡Háblale a los bomberos!", escuchó el anestesiólogo Agustín Herrera decir a los operadores de la pipa de Gas Express Nieto.

Apenas pasaba de las 7:00 horas y salía de su turno en el Materno Infantil de Cuajimalpa, cuando Herrera presenció la tragedia.

"Venía de la lavandería y vi que la fuga estaba abajo del camión, porque querían tapar algo a un lado de la salchicha, el policía le echaba agua", agregó el médico.

"Nada más habíamos cuatro médicos: el de Pediatría, dos de Anestesia y uno de Ginecología, con el miedo a la muerte, ¿qué hace uno? Correr, huir. Un compañero me dijo 'vámonos' y nos agarró la explosión en la entrada", relató Herrera.

En cambio, recordó, uno de sus compañeros, el camillero Jorge Tinoco, ayudó a otros lesionados a pesar de tener quemaduras.

Jorge Torres, pediatra del mismo hospital, recordó que él se encontraba en el área de Hospitalización al momento de la explosión.

"Estaba naciendo un bebé, pero todo se cayó y todo mundo salió como pudo", dijo el médico.

"Vi gente muy grave con quemaduras en 100 por ciento de su cuerpo".

Alrededor de las 6:40 horas, Rafael Cruz llegó a trabajar al área administrativa de Urgencias y, como es costumbre, observó que la pipa estaba descargando y después escuchó el silbido de la fuga.

"Empezamos a pasar a los pacientes al área más lejana, de Hospitalización.

"(Al salir) lo único que estaba en llamas era el vehículo. Estaban ahí como 8 personas. Yo logré sacar a dos mamás con dos bebés", relató Cruz, quien resultó con quemaduras de primer grado.

Debido a sus lesiones Rafael Cruz fue trasladado al Hospital de Xoco y, horas más tarde, fue dado de alta.

Sienten bomberos esperanza y temor

Benito Jiménez y Augusto Atempa

Fueron de los primeros en llegar al sitio del siniestro y lo hicieron con una mezcla de esperanza, por poder rescatar a personas con vida, y miedo y tristeza, pues entre las víctimas podría haber niños.

A las 7:50 horas, arribó el bombero de Huixquilucan, Alejandro Zavala, de 22 años.

"Corrimos, vimos cómo unos bomberos de la Delegación ya estaban golpeados y otros no querían entrar; había gritos de mujeres, pedían apoyo y que las sacáramos de entre las varillas", narró el vulcano.

El joven se metió por diversos recovecos a la zona de cuneros.

"Había camillas retorcidas y los muros derrumbados; el polvo no me dejaba ver. En una incubadora había un bebé y tirado había otro bebé inconsciente, que inmediatamente protegí con la chamarra y los saqué a los dos", dijo el bombero.

Rodolfo Mora, de la estación de Álvaro Obregón, recordó que recibieron una llamada de apoyo porque los vulcanos de Cuajimalpa no se daban abasto para la emergencia.

El saber que la explosión había ocurrido en un nosocomio materno infantil le preocupaba y entristecía, pues no sabía en qué condiciones había quedado el lugar, ni cuántas personas resultaron heridas.

"Tenía esperanzas de encontrar entre los escombros a personas vivas, pero también tenía miedo de encontrar...

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