Voces / Fruto de la tolerancia

AutorBernardo Barranco

La tolerancia religiosa es fruto del encuentro entre la modernidad y la religión. En el Siglo 18 aparece una noción que permitirá frenar la exacerbación de un doble y explosivo fanatismo a los ateos jacobinos contra los creyentes restauracionistas.

La intolerancia ha venido siendo combatida a lo largo de dos siglos en los que el hombre se reconoce diverso y complejo. Los medios de comunicación, la globalización y el empequeñecimiento del planeta permiten ver qué tan diversos somos y cuánto nos falta para ser tolerantes. La tolerancia supone educación y conocimiento del otro, si no existe una actitud cultural de apertura y reconocimiento del otro, la intolerancia comienza a aparecer.

Fuimos testigos del este fin de siglo de guerras y luchas en que lo religioso se ve mezclado y, por lo tanto, la intolerancia y los fanatismos. Tales son los casos de las luchas en Irlanda entre católicos y protestantes; en el país vasco un ETA nacionalista y católico; el conflicto árabe-israelí en Medio Oriente; recientemente, la guerra de Bosnia y, en los últimos días, las dolorosas confrontaciones en Chechenia. Aquí, más que responsabilizar al factor religioso, tenemos que ubicarlo en su justa dimensión, es decir, lo religioso es arrastrado por otros factores como el económico, el étnico, el político, el de revanchas en las memorias colectivas de las comunidades en conflicto.

No es que lo religioso per se desencadene la intolerancia y la confrontación exterminadora, sino que lo religioso es incorporado en un conflicto de identidades y éste aporta su propia dosis de radicalidad. En el caso de la antigua Yugoslavia, no es que las luchas sean entre musulmanes, católicos y ortodoxos, sino que estas identidades religiosas se incorporan al campo de batalla, aportando una mayor dosis de vehemencia. Así como lo religioso puede ser un factor de fanatismo en un conflicto, este mismo factor religioso puede ser un elemento de diálogo, de disuasión y de puente entre las partes en conflicto, depende de la actitud y del manejo que los actores hacen del factor religioso.

Sin embargo, la tolerancia no puede ser entendida como permisidad absoluta del otro, es decir, que el otro haga lo que quiere, la tolerancia supone una actitud y una activa comunicación entre los diferentes, como lo plantea Levinaz, es una apertura activa hacia el otro.

En México tenemos un buen ejemplo en el Consejo Interreligioso en el que dialogan judíos, musulmanes, católicos, protestantes y...

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