Al Volante con... / Importaciones

AutorEnrique Ávila

¿Le ha tocado ver esos mensajes de que compre autos en México?

En parte son resultado del susto que pasaron o están pasando los comercializadores de autos nuevos instalados en territorio nacional.

Al arranque de año la actividad en la frontera no fue tan severa como se pensaba que sería.

Aún así este tema de las importaciones tiene más materia de análisis.

Les comparto una carta que amablemente me envió César Roy, un buen cuate que tiene un programa de radio en la Capital de nombre similar al de esta columna y quien también ha tenido un importante papel en la realización de destacadas exposiciones del ramo automotriz.

Se me hacen muy interesantes sus observaciones y dignas de reflexión:

Estimado Enrique:

Rompiendo la tradición de que los periodistas no nos metamos en los temas de otros compañeros y sus columnas, sino que dejemos al público opinar, creo que el tema que tocaste hace unos días es tan importante que no hay que dejar fuera un asunto fundamental.

La verdadera preocupación de la entrada en vigor de la apertura comercial del sector automotriz desde el pasado 1 de enero, no lo representan los menos de 50 pedidos registrados en la frontera con Estados Unidos (que en su totalidad fueron rechazados por no cumplir con las normas mexicanas), sino el crecimiento sostenido de importaciones de vehículos que se realizan vía las propias armadoras, tanto las que cuentan con fábricas como las que sólo distribuyen y venden sus autos y camionetas en el país.

En México, en 2003, de cada 100 autos que se vendieron, 63 son importados. Ya si hablamos de los modelos más demandados como son los subcompactos o populares, los cuales alcanzan 65 por ciento del pastel automotriz en el país, esta cifra disminuye un poco. Modelos como el Pointer (que viene de Brasil), Fiesta (brasileño también) y el Atos (coreano), representan las más altas ventas de las armadoras. Sólo el Tsuru, Platina y Chevy, que pelean los primeros lugares, son hechos en México.

La Secretaría de Economía ha difundido spots donde invita a la población a comprar lo que se vende en México para que más mexicanos conserven su empleo. Pero no dice que aún cuando un consumidor compre autos en México, la gran mayoría no están hechos aquí, lo que de una u otra manera representa un espejismo porque las verdaderas ganancias se van a los países de origen de esos productos.

Por ejemplo: Aún cuando el Tsuru o el Chevy sean de los autos más vendidos, los dividendos por patente y tecnología se van a...

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