DE VUELTA AL RUEDO / Mi fantasía con Luismi

AutorMartha Figueroa

Iba camino al primer concierto de Luis Miguel en el Auditorio Nacional, cuando me sentí una mujer antigua. "Han pasado 25 años -que se notan bastante, por cierto- y ¿te sigue gustando el mismo, con las canciones de siempre? No eres nada vanguardista", me dije. Es que de unos meses para acá, los detractores del cantante tratan de convencerme de que cambie de artista favorito.

Unos aseguran que debe variar de repertorio, otros dicen que se ha puesto mayor y necesita más producción para llenar el escenario. Unos más, alegan que tendría que interpretar temas, por ejemplo, ¡de Camila!. Y los últimos, que soy una "lambiscona" y que digo que me gusta para caerle bien (ya sé, me relaciono con personas raras, de opiniones extrañas). Pues nada. Se acabó lo de admirar tranquilamente a tu cantante preferido, porque te da la gana o te gusta su voz.

Sinceramente, sigo pensando que Luis Miguel es el mejor cantante en español del mundo y, de verdad, lo admiro. Cada año, por estas fechas, alguien me pregunta si estoy enamorada de él y yo me río. Primero, porque soy de risa simple, y luego, porque la respuesta es que no. Que no estoy enamorada, que me cae perfecto, que le tengo cariño y que sí soy su fan, en las buenas y en las poquitas malas.

Por ejemplo, esta vez, los colegas se quejaron de la falta de producción en el Tour 2011. Que sólo se cambia de ropa tres veces, que canta lo mismo que años anteriores, que no hubo canciones con mariachi y que el escenario estaba poco decorado. Ah, y que no interpretó las canciones de su nuevo álbum, que tampoco les pareció bueno (pero aún así, las querían escuchar...).

Pues siento decepcionar a propios y extraños, pero soy de las que piensan que Luis Miguel no necesita más...

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