Vuelve la serpiente de Mathias Goeritz

AutorSilvia Isabel Gámez

Ni santón ni reaccionario ni víctima de los muralistas. Nada de eso fue Mathias Goeritz, descarta con un gesto el historiador del arte Francisco Reyes Palma.

"Es un artista más bien problemático, que todavía genera discusiones; en ese sentido, vivo", afirma. "Alguien que puede generar preguntas en los creadores contemporáneos".

El curador de la exposición El retorno de la serpiente. Mathias Goeritz y la invención de la arquitectura emocional, que se inaugura esta noche en el Palacio de Cultura Banamex después de ser vista en el Museo Reina Sofía de Madrid por 130 mil personas, cuenta que tres espacios privados y uno público, el Tamayo, se interesaron por la muestra en México.

En las dos plantas del inmueble colonial se distribuyen más de 400 piezas -esculturas, maquetas, dibujos, fotografías- articuladas en torno a un concepto, la arquitectura emocional, y una obra emblemática, la Serpiente de El Eco, que recibe al visitante.

"La fuerza de esta pieza es doble: como objeto y como elemento museográfico integrador", explica Reyes Palma. "El trazo del recorrido es circular, como una serpiente que se muerde la cola; el concepto curatorial consiste en trabajar ideas, pero también expresarlas con objetos".

Consciente de que gran parte del público no lee los textos, evitó caer en una narrativa excesiva. La exposición incluye más de una decena de bloques temáticos dedicados a proyectos como el Museo Experimental El Eco, las Torres de Satélite y El Laberinto de...

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