Se vuelven expertas en cultivo de hongos

AutorGeorgina Montalvo

Enviada

QUERÉTARO.- En el Bothé, municipio de Amealco, Querétaro, no conocían el hongo seta. Ahora, cuatro mujeres de esa localidad son expertas en su cultivo.

"Cuando empezamos éramos diez", cuenta Martha Santiago, hija de Benigna Vázquez.

"Las demás se desanimaron porque todo iba lento", agrega Martha Andrés, hija de Macedonia Blas.

Pero ni las mamás ni las hijas se desesperaron y continuaron el proyecto productivo como miembros de la organización Fotzi Ñahñö, que en su lengua significa "ayudar a los otomí", y que preside Macedonia.

Las mujeres invierten un día para sembrar y luego riegan a diario los cultivos, esperan aproximadamente un mes para arrancarlas e irlas a vender a las localidades cercanas, explica Benigna.

El proceso

Los hongos nacen, cual flor, en los denominados "pasteles", que se forman con paja de cebada, trigo y avena.

Todo es un proceso artesanal. La paja se somete a un ciclo de lavado, sumergiéndola en agua caliente durante 15 minutos, y luego en agua a temperatura ambiente por otros diez minutos.

Después se dejar secar un poco, se revuelve con las semillas del hongo y se llenan bolsas de plástico transparentes con esa preparación, que quedan en forma de pastel.

Los pasteles deben permanecer entre diez y 15 días en un lugar con poca luz y mucha humedad para propiciar el crecimiento de los hongos, que poco a poco se asomarán en racimos a través de unos agujeros que se hacen a la bolsa en cuanto empiezan a nacer.

Alternativa

Benigna Vázquez cambió de mercancía: en lugar de vender artesanía, ahora vende las setas que produce. Y así está mejor porque, dice, "el ayuntamiento ya no deja vender artesanía y le quitan a uno la mercancía".

Las hijas de Macedonia y Benigna, jóvenes de 18 y 20 años, creen que si siguen trabajando en la planta productora de setas, podrá convertirse en su principal fuente de ingresos.

"Ahorita sale para la producción, para comprar más paja y el gas que utilizamos para poner a hervir la paja", comenta Martha Andrés.

Macedonia confía en que, a largo plazo, más mujeres se integren a esta actividad, que por ahora es la más remunerada. Quienes siembran maíz venden a 1.20 pesos el kilo; la misma cantidad, pero de frijol, en 6 pesos, y un kilo de setas, en 30.

No fue fácil

Los otros cinco hijos de Benigna no ven a su mamá un día cada dos semanas, porque es el día que acude con Martha a la planta a sembrar los hongos.

Además, cuando empezó el proyecto invirtió un mes en la capacitación que fueron a darles...

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