Wallraff al descubierto

AutorAriel Magnus

En Suecia existe el verbo "wallraffa", que en castellano sería algo así como "wallraffear". La definición que de él da el diccionario de esa lengua es: "Hacer periodismo de investigación bajo una identidad falsa". El término está en circulación desde los años 70 y es un homenaje apenas camuflado a Günter Wallraff, el periodista alemán que cobró celebridad ya desde aquel tiempo con sus libros y artículos de denuncia, pero sobre todo por su método de trabajo.

Su primer golpe lo dio tomando la identidad de un periodista inexistente, Hans Esser, y metiéndose en la redacción del diario sensacionalista Bild, cuyos métodos de distorsión y chantaje denunció luego en una trilogía. Más tarde, en los 80, se disfrazó de turco y padeció en carne propia las condiciones en que vivían y trabajaban estos inmigrantes. El libro donde plasmó sus vivencias como Ali, Bien abajo (traducido al español como Cabeza de turco), fue traducido a más de 30 idiomas y lleva vendidos 4.5 millones de copias. Últimamente, el profesional de la denuncia hizo ruido con una película en la que se le ve recorriendo Alemania maquillado de negro, y también con una crónica sobre las malas condiciones de trabajo (que padeció durante un mes) en la panificadora que abastece a uno de los supermercados más importantes del país.

En relación precisamente con esta última investigación es que Günter Wallraff parece estar siendo wallraffeado él mismo. André Fahnemann, quien disfrazado de devoto asistente trabajó para él durante algunos años, se ha revelado ahora como un encarnizado enemigo, y lo acusa de haber falseado unas declaraciones juradas. El supuesto delito ocurrió en el marco del juicio que se le inició al dueño de la panificadora, a quien el supermercado que le compraba toda su producción le dio de baja el contrato luego de las denuncias del topo en sus artículos sobre el tema. Al parecer, Wallraff se hizo firmar por empleados de la panificadora hojas en blanco que luego él llenaba con las declaraciones que mejor convenían a su causa. Fahnemann denunció incluso que en uno de esos casos él mismo se ocupó de falsear hasta la firma de uno de los testigos.

Como era de esperar, el abogado de Wallraff salió a desestimar la denuncia. Sin embargo, eligió un argumento que no hizo más que multiplicar las sospechas.

"Es completamente válido, también en mi caso como abogado, esto de trabajar con firmas en blanco, aunque naturalmente los textos son acordados con cada uno de los testigos antes de...

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