West Hollywood

AutorGermán Nava

Enviado

WEST HOLLYWOOD, California.- Casi 5 kilómetros cuadrados de sobreproducción. Luces dirigidas a rostros recién remodelados. Curvas voluptuosas que han regresado y que ponen en aprietos a la anorexia. Pieles que se dejan tocar por el ligero roce de la tela al bajar del convertible.

Brisa que hace contonear la arbolada californiana y que mueve el cabello hacia atrás dejando ver sonrisas que podrían haber sido diseñadas por aquel Petrof decimonónico.

Líneas de expresión suavizadas por el efecto del Botox, o toxina botulínica tipo A, que al salir de la jeringa borra casi por completo el tiempo, el exceso y el hastío.

Cuerpos sometidos a duras sesiones de peso por la mañana para lucir la hinchazón por las tardes pintadas de naranja en los cielos de la asediada California, la misma por la que México y Estados Unidos alguna vez se declararon la guerra...

Músculos que al llegar la noche esperan que aquella o aquel de la mesa de al lado sea, tal vez, el productor que, finalmente, descubra su belleza y les invite al casting de su proyecto en puerta.

Estetas que han llegado a estas tierras como lo hicieran en 1848 todos aquellos que veían en el oro un sinónimo de fortuna.

Hombres y mujeres que se lanzan a los lounges de alto diseño a escuchar lo último del hip-hop, del neo-soul o del funk, martini en mano, mirada al cielo.

Es West Hollywood. No Hollywood. La diferencia es muy grande, tanto como la confusión. We-Ho (su apócope) es una ciudad dentro del Condado de Los Ángeles, donde también se localiza la Ciudad de Los Ángeles, que a su vez alberga a Hollywood, el distrito ahora decadente donde las celebridades sólo van a recibir un premio y leer una lista...

Ese barrio que muchos ubican por el famoso y lejano letrero sobre la montaña Lee que, cuando la contaminación lo permite, deja ver a lo lejos en grandes letras su nombre: "HOLLYWOOD", aunque en un principio era unas letras más largo: "HOLLYWOODLAND", y cuya letra "H" sirviera de trampolín para una actriz desempleada en los años 30. Su nombre (el de ella) no importa, y transcribirlo le quitaría sentido a lo que seguramente pensaba la mujer antes de recorrer, ya sin glamour de por medio, los 13 metros que separan el suelo del punto más alto de las letras...

El Hollywood del Paseo de la Fama que en 1958 creara un tal Oliver Weismuller y del que ya nadie se acuerda.

Aquel Hollywood dista mucho de su homónimo con el "West". Hollywood es para los turistas que con cámara en mano van a la caza de...

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