William Pesek / Menos zombis en Japón

AutorWilliam Pesek

De todos los indicios alentadores de que la recuperación económica japonesa es de verdad, he aquí acaso el mejor: hay menos zombis.

Me refiero a los muertos en vida del mundo empresarial japonés, esas entidades cargadas de deuda y carentes de rentabilidad que se yerguen como una barrera entre el crecimiento económico pujante y el estancamiento. Durante los 90, los bancos apuntalaron a las empresas morosas cuyo fracaso podía haberlos hundido. Tales métodos dieron lugar a 10 años de parálisis en Japón.

Ahora, una buena noticia: el importe de los créditos que los bancos están otorgando a los prestatarios en aprietos es el más bajo desde el comienzo de la crisis de los préstamos morosos. Este dato pudiera aumentar la confianza de los inversionistas en que Japón no revertirá al estancamiento, como a menudo ha hecho desde las postrimerías de los 80.

Los bancos del país proveyeron tan solo 600 mil millones de yenes (US$5.500 millones) en concepto de préstamos nuevos a los prestatarios morosos durante el ejercicio fiscal 2004, una décima del importe correspondiente a 1997, el año del apogeo en los créditos, y un sexto del importe promedio en el conjunto del decenio concluido en el ejercicio fiscal 2001.

Más problemas

Esto no quiere decir que los problemas económicos de Japón se hayan resuelto. La segunda economía del mundo tiene aún que reducir su dependencia de las exportaciones y estimular la demanda interna. Debe reducir la caga de la deuda nacional, que va llegando a 151 por ciento del producto interno bruto y también, aumentar la iniciativa empresarial para mantener la pujanza de la recuperación.

Con todo, el progreso en cuanto al problema de los zombis es un indicio importante de que las mejoras microeconómicas en Japón deben de estar repercutiendo favorablemente en la macroeconomía.

Al mostrarse menos dispuestos a rescatar a los zombis, los bancos de Japón están haciendo necesaria la reestructuración de las empresas que habían cobrado un falso sentimiento de seguridad con el acceso continuo al crédito.

Esta conducta es ejemplo del tipo de sistema bancario solvente y racional del que Japón carecía en los años 90 y está llevando a los altos cargos corporativos a reducir la deuda, bajar gastos, mudar la producción a sitios más baratos, como China, y a pensar más internacionalmente.

Si bien queda mucho por hacer, el progreso es innegable. Richard Jerram, economista jefe de la casa de valores Masquearie Securities Ltd. en Tokio, considera que...

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