José Woldenberg / Eutanasia y suicidio asistido

AutorJosé Woldenberg

Dos películas y un dramático caso en Estados Unidos han ofrecido una enorme visibilidad a los difíciles y controvertidos temas de la eutanasia y el suicidio asistido. Su primer mérito es trascender el estrecho círculo de los médicos, los juristas y los enfermos y familiares involucrados en esas situaciones límite, e informar y conmover a amplias franjas de la sociedad en relación a las preocupaciones que se derivan de los casos exhibidos.

Siguiendo un texto de Rodolfo Vázquez (ligeramente modificado), debe entenderse por eutanasia una "muerte asistida médicamente", cuando se trata de un enfermo terminal, deseada por el paciente con el objetivo de evitar un daño mayor y cuando la acción o la omisión la realiza una tercera persona. En el suicidio asistido no se trata de un enfermo terminal sino de uno con daños irreversibles que afectan de manera radical su calidad de vida y su dignidad. (Del aborto a la clonación. Principios de una bioética liberal. FCE. México. 2004. p. 67).

Las preguntas que desatan esas situaciones son muchas, pero algunas de las más relevantes son las siguientes: ¿tiene derecho una persona en trance terminal o víctima de una enfermedad irreversible de solicitar ser asistida para bien morir?, ¿tiene derecho a que el trance sea lo menos largo y doloroso posible?, ¿tienen terceros el derecho de decidir por el paciente cuando éste no se encuentra en condiciones de hacerlo por sí mismo?, ¿qué deben hacer los médicos en esas situaciones?

  1. Mar adentro, la película de Alejandro Amenábar, recrea el caso de Ramón Sampedro, un hombre que vivió cerca de 30 años tetrapléjico, que acudió conscientemente a los tribunales para lograr que le autorizaran un suicidio asistido (puesto que su condición le impedía hacerlo por propia mano), y que jamás alcanzó dicho permiso. Luego de un penoso y asfixiante periplo convenció a una mujer piadosa para que lo asistiera proporcionándole el cianuro necesario para cumplir con su voluntad. Antes, sin embargo, grabó un mensaje para exculpar de cualquier responsabilidad a quien lo auxilió.

    Lo primero que debe subrayarse es que se trata de un individuo consciente, competente lo llama Rodolfo Vázquez, es decir "puede llevar a cabo sus propias decisiones, sus facultades mentales son adecuadas, no actúa bajo compulsión y conoce y actúa conforme a las relaciones entre medios y fines". Es decir, no quiere seguir viviendo en una situación que a él le parece insostenible. Creo entonces que su decisión debe ser...

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