'¡Aquí se juega dinero!'
Autor | Mario Gutiérrez, Isaac Guzmán y Rubén Martínez |
Guadalajara / Jalisco
"¡Aquí se juega dinero!", grita "El Capi", un hombre de más de 50 años, que furioso golpea el paño verde de la mesa de bacará, y reclama al tallador lo que considera una mala jugada.
"De esto comes cabrón, de lo que vengo a jugar, así que no hagas cochinadas", continúa el reclamo para el fornido y alhajado tallador.
La escena ocurre en una casa de juego ubicada en Avenida López Mateos, entre las Calles Mazamitla y Tepatitlán, arriba del restaurante La Flor de Jalisco, en la capital tapatía.
Es un círculo selecto, en el que sólo se admiten conocidos y se ve con desconfianza a los recomendados, pero donde siempre es bienvenido el dinero.
Desde el exterior, la casa no levanta ningún tipo de sospecha, hay que ser muy observador para detectar el entrar y salir de personas.
Un vigilante en la calle, que se esconde entre los vehículos y los árboles, es el encargado de interrogar a los recomendados y alejar a los metiches.
Dos porteros y el vigilante callejero, forman parte de la seguridad exterior del lugar.
Una larga escalera con alfombra azul desteñido conduce a los tentadores de la suerte, quienes antes de entrar deben pasar por dos filtros de seguridad: un cancel negro cerrado con candado y una reja con mecanismo eléctrico.
En el recibidor del lugar, dos edecanes enfundadas en diminutos vestidos negros dan la bienvenida y sobre una larga mesa invitan a servirse del bufet, en el que abundan las frutas.
La decoración en las paredes es discreta, un letrero que explica las reglas del minibacará y algunos cuadros de ciudades del mundo, en donde hay casinos, están colocados sobre el papel tapiz.
Cuatro mesas de juego están distribuidas sobre el salón principal: dos de black jack, una de albur y la de bacará, el juego estrella del lugar.
La apuesta mínima en el black jack son 200 pesos, la máxima, 2 mil.
La tarifa la establece un hombre a quien todos llaman Pepe Shahín, quien aparenta ser el organizador.
Conforme transcurre la noche, las mesas de albur y black jack cierran, y el juego se concentra en la mesa de bacará.
Ahí, doce jugadores que permanecen sentados, son...
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