¿Y si los migrantes votaran en el 2006?

AutorWayne A. Cornelius y Enrico A. Marcelli

Fotos: Gunther Sahagún

Apenas dejaron huella, pero Wayne Cornelius y Enrico Marcelli pudieron dar con ellos: poco más de 51 mil adultos mexicanos residentes en los alrededores de Los Angeles -legales y/o ilegales- cruzaron la frontera y acudieron a alguna casilla especial para emitir su voto el 2 de julio del 2000. A partir del examen de ese microcosmos, los dos académicos llevaron su investigación sobre el comportamiento electoral de los mexicanos en el exterior hasta sus últimas consecuencias y estimaron que hay entre 125 mil y 1.1 millones de votantes mexicanos residentes en Estados Unidos. Su participación electoral sigue siendo una posibilidad sobre la cual resolverán los diputados y senadores de la LIX Legislatura federal antes de marzo del 2004. Pero su potencial es muy limitado, según Cornelius y Marcelli: los votos que se generarían en las elecciones presidenciales del 2006 más allá del Río Bravo no serían más del 3 por ciento del total nacional.

Introducción

Reiterando su promesa de la campaña del 2000 de asegurar que millones de mexicanos expatriados1 pudieran tener la posibilidad de votar en futuras elecciones de México, el presidente Vicente Fox juró en una visita a Tijuana, en junio del 2002, "permitirles que votaran para (sic) las elecciones del 2006" (Obsatz y Ortega, 2002).2 Efectivamente, casi 60 naciones actualmente permiten a los expatriados votar en las elecciones de sus países de origen, ya sea por correo o por visita al consulado o a la embajada (Hernández, 2003), y los proponentes de la votación de expatriados en las elecciones mexicanas han argumentado que la transición democrática de México podría estar incompleta sin esto. Pero la institución del derecho al voto en las elecciones mexicanas por urnas ausentes en el extranjero es asumido como de explosivas consecuencias políticas. El demógrafo mexicano Rodolfo Tuirán ha estimado que 8.5 millones de mexicanos residentes en Estados Unidos serían elegibles para votar en las próximas elecciones mexicanas del año 2006, usando información de mediados de los noventa (Melgar, 1998). Esos potenciales votantes expatriados representan aproximadamente 14 por ciento de toda la población votante y podrían alterar el resultado de las elecciones del 2006 si estuvieran aptos para votar.3

Mientras controló simultáneamente a la Presidencia y al Congreso mexicano, el PRI estuvo firmemente opuesto a las votaciones de los expatriados, temiendo que en principio beneficiara a los partidos de oposición. Después de todo, los migrantes hacia los Estados Unidos casi han "votado con sus pies" contra los sucesivos gobiernos dominantes del PRI y su mal manejo de la economía del país. Además, un reciente análisis cuantitativo (Lawson, 2003) confirma este juicio convencional, encontrando que la extensión del derecho a votar para los mexicanos en Estados Unidos podría perjudicar al PRI y beneficiar al PAN.4 Más allá de consideraciones puramente partidistas, los opositores de la votación de los expatriados han enfatizado los temas de los costos y la seguridad de las urnas. Los críticos rápidamente se asieron a una estimación que calculó el precio de implementar el derecho de votar para los mexicanos residentes en los Estados Unidos en entre 76 y 356 millones de dólares (Instituto Federal Electoral, 1988).5 Otros han visto la posibilidad de votar de esos no-habitantes de México como una amenaza directa a la soberanía mexicana (Carpizo y Valadés, 1998).

No es nuestro propósito valorar los méritos de los argumentos acerca de la conveniencia o inconveniencia de la implementación de los derechos de voto de los migrantes mexicanos. Antes bien, buscamos entender los factores que influirían si los mexicanos residentes actualmente en Estados Unidos votaran en las elecciones de su país de origen, si tuvieran la oportunidad de hacerlo. Primero, estimamos la proporción de mexicanos adultos nacidos en el extranjero residentes en el condado de Los Angeles que 1) estaban registrados para votar en las elecciones presidenciales del 2000, 2) eran miembros de partidos políticos particulares, 3) votaron en la elección del 2000, 4) votaron por candidatos presidenciales en específico, y 5) declararon que ellos intentarían votar en la elección del 2006.6 Segundo, investigamos si las características demográficas individuales (incluyendo estatus de residencia no autorizada e historia migratoria), los cruces en la frontera México-Estados Unidos, la integración social en Estados Unidos, y la membresía a partidos políticos mexicanos influyeron en el comportamiento electoral de los respondentes en el 2000 y en sus intenciones de voto respecto del 2006.

Específicamente, estimamos las determinantes de haber votado en las elecciones del 2000 y haber seleccionado a Vicente Fox más que a cualquier otro candidato presidencial. Y estimamos los factores que determinan si uno reportaba una intención de voto en la elección mexicana del 2006 así como las preferencias electorales de los respondentes. Debido a que los residentes mexicanos no autorizados en Estados Unidos no son libres de viajar de ida y de regreso a través de la frontera México-Estados Unidos, supusimos que les fue menos posible haber votado en las elecciones del 2000 y les será menos posible votar (superando un nuevo programa de amnistía y/o la implementación de las reformas electorales de 1996) en las futuras elecciones mexicanas.

Llevamos a cabo nuestros primeros dos objetivos analizando la información aleatoria de los hogares recolectada en la Encuesta sobre el Estatus de Residencia de los Mexicanos Inmigrantes en el Condado de Los Angeles (LAC-MIRSS, por sus siglas en inglés), una muestra simple de 829 mexicanos nacidos en el extranjero que residían en el condado de Los Angeles en julio de 2001. Como un paso final en nuestro análisis, aplicamos pronósticos del comportamiento electoral obtenidos de nuestra información de la LAC-MIRSS 2001 a la población adulta de mexicanos nacidos en el extranjero encontrada en la Encuesta de Población Actual (CPS, por sus siglas en inglés) de marzo del 2002 para todo Estados Unidos, corrigiendo por diferencias en logros educativos y proximidad a la frontera México-Estados Unidos en las dos muestras para estimar cómo la implementación de un sistema de votación de los mexicanos ausentes podría impactar en el resultado de futuras elecciones mexicanas.

Nuestros hallazgos pueden resumirse como sigue:

  1. Los mexicanos expatriados residentes en el condado de Los Angeles que están menos integrados socioeconómicamente a Estados Unidos, cruzan la frontera más frecuentemente, tienen una afiliación político-partidista y asisten a servicios religiosos más a menudo, es más probable que voten en las elecciones del 2006;

  2. Los mexicanos expatriados residentes en el condado de Los Angeles que están más integrados socioeconómicamente a Estados Unidos es más probable que voten por un candidato del PAN;

  3. De 125 mil a 1.1 millones de mexicanos expatriados residentes en Estados Unidos es probable que voten en las elecciones mexicanas del 2006 y de 50 mil a 500 mil podrían votar por el candidato del PAN.

Concluimos discutiendo sobre varios obstáculos institucionales y geográficos de la votación de los expatriados en las elecciones mexicanas, y suponemos que nuestros estimados más bajos son los más probables y que las elecciones locales y estatales en México son las más probables de ser afectadas por el comportamiento electoral de los mexicanos expatriados.

[...]

Resultados

Comportamiento electoral en las elecciones del 2000 entre los mexicanos en el condado de Los Angeles.

Aproximadamente 38 por ciento (o 624 mil) de todos los mexicanos adultos residentes en el condado de Los Angeles declararon haber estado registrados para votar en las elecciones del 2000. No obstante, aquellos que votaron (aproximadamente 51 mil) representan actualmente una fracción muy pequeña (3.1 por ciento) de todos los mexicanos adultos en el condado de Los Angeles (Ver Tabla).

Sin embargo, hay diferencias interesantes entre aquellos que declararon haber votado en las elecciones mexicanas del 2000 y aquellos que no lo hicieron. Aquellos que eran más jóvenes, que eran mujeres, que ganaron un diploma en high...

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