Coordenadas/ Zedillo y el PRI

AutorEnrique Quintana

El último Informe de un Presidente confesadamente liberal, cuya acción muy poco tuvo que ver con la historia y las raíces del poder político en México, fue el fin de una era.

No sólo de los 70 años de Gobiernos del PRI y sus antecesores sino de una compleja era de transición que en medio de accidentes permitió que un personaje como Zedillo llegara a la Presidencia.

Esta transición política en México tiene autores que hoy ya están en el olvido. Uno de ellos es Manuel Gómez Morín. Otro, Rodrigo Gómez.

La conexión no es directa pero probablemente la historia reciente hubiera sido otra sin estos personajes, uno fundador del Banco de México, otro quien lo consolidó en la era moderna.

Durante los 50 y 60, el régimen político mexicano alcanzó su madurez. Las estructuras corporativas de poder eran el pilar del Estado. Una economía en crecimiento, que ofrecía oportunidades crecientes a la población que migraba masivamente a las ciudades, fue clave para asegurar la estabilidad social generalizada, pese a brotes de descontento que sólo eran localizados, por lo menos hasta antes de 1968.

Los "tecnócratas" de entonces, encabezados por Don Antonio Ortiz Mena, disputaron el poder a los políticos. Dos veces fue mencionado el entonces Secretario de Hacienda como posible candidato presidencial, en 1964 y en 1970, y dos veces no llegó siquiera a la final.

Los políticos que estaban hechos en las entrañas del sistema, ganaron la partida. El ex Senador poblano, Gustavo Díaz Ordaz, primero. Luego, el burócrata de toda la vida, Luis Echeverría, el primero que llegó a la Presidencia sin haber tenido antes ningún cargo de elección popular.

Por debajo de este proceso, Rodrigo Gómez, se había dedicado a formar una generación de economistas cuyas ideas y aspiraciones poco tenían que ver con la ideología de la Revolución Mexicana y mucho más con el liberalismo dominante en las universidades de Estados Unidos e Inglaterra.

El banco central se convirtió en formador de quienes luego se habrían de desplazar a la administración pública, o de los que serían maestros de los futuros administradores.

El desastre financiero que provocó la administración de Luis Echeverría, le hizo voltear hacia su amigo José López Portillo, quien fue el primer Secretario de Hacienda que llegaba a la Presidencia. Aunque López Portillo era abogado, su trayectoria estaba vinculada más bien a las áreas técnicas y financieras. Primero, en la estructura de la vieja Secretaría de la Presidencia, desde...

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